Si algo puede caracterizar esta semana ha sido la cantidad de ciudades que he visitado y el tiempo buenísismo que nos ha hecho; sol, sol y más sol.
El domingo, aprovechando el buen tiempo, fuimos al castillo de Arenberg. La verdad que de castillo no tiene demasiado, pero el sitio está genial para pasar una tarde de "no tener nada que hacer".
El lunes fuimos a Brujas, una ciudad al oeste de Bélgica. Os dejo fotos, que siempre es mejor que todo lo que pueda decir sobre ella.
El miércoles tocó Gante. Muy recomendable subir a la torre de Belfort (por ser estudiantes nos costó 3'75€), porque las vistas son increibles, incluso para la gente con miedo a las alturas, como yo.
Las famosas "narices de Gante", el dulce típico de la ciudad.
El jueves visitamos Amberes, una ciudad más parecida a Madrid. Muchas tiendas y algún graffiti guay en alguna calle inesperada.
Y todo lo de abajo es.. chocolate!
Con la mano que da nombre a la ciudad, de la leyenda del gigante Druoon Antigoon (lanzar una mano = hand werpen, en holandes).
Acabamos el tour el viernes yendo a Bruselas. De todas, la más popular pero la menos bonita. Por fin probé los gofres belgas, aunque tengo que decir que fue un poco de desilusión. Resulta que lo que todos tenemos en mente cuando escuchamos la palabra "gofre" es el que se vende a pie de calle, el "popular" y el que, siendo sinceros, es conocido y más comercializado porque está más bueno (con azúcar por dentro). Nosotros, siguiendo el consejo de nuestro mapita, fuimos a probar los originales, los gofres belgas, y los que la verdad, no son para tanto.
También en Bruselas fuimos a visitar el atomium. ENORME!
Y por la noche, por primera vez, fuimos a probar el Hotel Cocktail Bar Professor (Naamsestraat 20). La verdad que me gustó bastante, en la terraza se estaba genial, y el batido de vainilla sentó a la perfección.
